Que difícil que se hace, muchas veces, tomar en serio
las efemérides. El aleatorio y exclusivo acto de rememorar. Siempre bajo una
significación, bajo un precedente; nos imputan una identificación. Hay en la
exaltación o en la omisión de una fecha un proceder que nos constituye
ideológicamente. Esto sigue siendo un trajín evidente en el ámbito educativo.
Parece que todavía hoy es necesario remarcar que todo trabajador de la
educación es un actor político. Más allá de las necesarias y repetitivas
palabras acerca de los valores y las bondades de quienes la llevan adelante,
existe también una forma de educación que se desapercibe. La forma de quienes
creen que no es necesario haber estudiado tanto, ni leído siquiera un libro,
para cultivar el arte de educar. Sino que todo aquel, que de alguna manera,
pueda percibir cualquier forma de injusticia y desigualdad, y que por decirlo
así: la canalice sentimentalmente, y a partir de ello pueda, en el otro,
generar alguna forma de indagación, de duda, de imaginación o de sensibilidad; he allí un educador.
Civilización o barbarie se subtitula el clásico de
quien su fecha de defunción estipula para los docentes Latinoamericanos la efeméride que los abraza. El
no tan azaroso devenir histórico nos postula que en esa misma fecha, pero más
de ciento cincuenta años después, unos aviones sobre unos edificios atraviesan
nuestra realidad y nos incitan a cavilar. Indican en el aún hoy del mundo, el
continuo e inacabado debate entre esas dos entidades, ser civilizado o ser
barbárico. Tal vez, es un buen momento para pensar en invertir los términos, ¿los
barbaros no serán los civiles? Tal vez, el modo de reivindicar la labor
educativa esté en trastocar algunos vetustos conceptos, un momento aunque sea.
Algunas ideas que se conservan como sacrosantas podrían dejar de serlas, por un
momento aunque sea. Pensar distinto, ir más allá de lo heredado, animarse,
animarse a negar; negar las fechas, negar a Sarmiento, renegarlo, negar lo
cierto, negar que la flor florece en primavera. Negarte, un momento aunque sea.
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