Los días suceden ser
similares y cíclicos. Hoy por ejemplo es viernes, podría ser lunes, o –“Dios me
libre”– domingo. Estoy completamente saciado; el arrojo, la despreocupación y
la libertad me abordan. Mi cuerpo, el agua, la música…
Una pequeña sonrisa tras
un verso en un poema de Gelman parece completarme. Pienso en salir: al sol, a
la vida, al verde instante…
Me siento inmundamente
feliz.
En la pubertad del tiempo
que fácil es, a veces, sentirse bien.
Pero: ¿Y el resto? Lo que
no tiene que ver con uno: ¿Y los otros?
Como no alcanzo a comprender
el individualismo; la aflicción vuelve a mí y hace retornar el viejo ciclo de
los días.
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